Fluido y con apuntes animales

Marrón claro, parecido al color que tiene la nebbiolo con años. Ni muy limpio, ni tampoco muy brillante. Capa extremadamente baja, como la de un clarete.
Los aromas son principalmente campestres (fruta roja de matorral, tierra mojada, setas, hojarasca, mentolados y tabaco), animales (piel curtida, kasbah y sangre) y minerales (fósforo y metal oxidado).
Boca fluida y fresca, un vino de trago largo en el que ni la madera ni el alcohol incomodan. Sabores expresivos con mucha presencia de tostados.
Final de intensidad media con preponderancia de primarios.
Un tinto sin complicaciones, sin mucha pegada, ni demasiada intensidad, pero bien elaborado.

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