Excelente, más maduro que la botella anterior y ya en total plenitud

Corcho ancho, hinchado por el interior, de 5 cm de largo, de gran calidad y muy poco bañado (1-2 mm) por el interior en vino rojo granate oscuro. Sale perfectamente con sacacorchos de dos tiempos. Huele muy bien.

Sacado de vinoteca a unos 15ºC.

Abierto un buen rato antes de comer.

Como en nariz había una ligera cerrazón y reducción, decantamos sin miedo.

Servimos en copas de balón.

Visual

Picota oscuro de capa alta, ribete cereza-atejado-transparente, limpio (salvo ciertos posos al final de la botella, en el decantador y el ribete de la última copa), brillante, de fina, bonita y abundante lágrima que cae lentamente por el cáliz de la copa.

Botella en etiquetado clásico, buena cápsula, corcho espectacular y visual muy buena para un crianza manchego de casi 10 años. (9,5)

Nariz

De inicio algo tímido, reducido y cerrado.

Convenientemente decantado, oxigenado y a la 1-2 horas de abierto, tenemos una muy buena intensidad, a vino maduro, con fruta negra madura en sazón, nuez moscada, tostados muy interesantes, ahumados, abundantes balsámico-mentolados, herbáceos de monte bajo, ligeras flores ajadas, algo de hojarasca, notas de incienso, especias dulces por doquier, vainilla, canela en rama, chocolate negro, cacao, toques amielados, de algarroba y de sutiles uvas pasas y dátiles maduros.

Nariz, una vez pasado el impass inicial, de muy buena intensidad, bastante madura pero muy elegante, de gran complejidad, equilibrio y definición de aromas. (9,1)

Boca

Ataque frutalmente maduro y expansivo en boca, potente y contundente pero, a la vez, delicado y suave, seco, de mediana acidez, gran volumen, densidad media-alta, muy buen cuerpo y magnífica estructura.

El paso por boca es seda pura, terciopelo, con un equilibrio y elegancia que no recordaba a este nivel en este vino. Los taninos son aún firmes pero, a la vez, delicados, dulces, suaves y pulidos en su máxima expresión (para este vino no creo que puedan redondearse mucho más).

El final es de enorme longitud, con fruta negra en sazón pero, a la vez, ligeramente amargosa, sutilmente mentolada, con ciertas notas amieladas, de algarroba, especias dulces, chocolate, cacao, nuez moscada y sutiles herbáceos que, en conjunto, redondean un retrogusto y retronasal colosales.

Boca poderosa y frutalmente madura pero, a la vez, muy balsámica, compleja, elegante y redonda. Puro terciopelo. (9,5)

Si cabe ponerle un "pero" sería que la acidez va algo justa y que el vino parece algo más evolucionado de lo esperado después de haber catado, hace poco, un 2011 (que estaba mucho más joven).

En cualquier caso, la evolución en botella del vino, con casi una década ya, ha sido tremenda y, en este caso sí, al menos esta botella, estaba para beber ya y, EMHO, creo que ya no podía evolucionar a mejor.

Su RCP es excelente para el resultado a 10 años vista (y más por lo que pagué por cada botella).

 

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