Rojo cereza de capa alta con ribete granate teja. Nariz terciaria, compleja, quizás con demasiada influencia de las maderas que se perciben como resinosas / vegetales. Notas cárnicas, de metal, plata, tinta china, hidrocarburos, savia vegetal, matices que recuerdan al carbón ardiendo ( Barbacoa ), a los líquenes y a la serie fúngica. Balsámicos, mentolados y cueros / piel de Rusia. Pimienta y clavo. En boca es suave, rico, aterciopelado, tiene una rápida retronasal con los aromas de la nariz y el posgusto es placentero, donde se posa un sabor vegetal y especiado ( hay humo de hoguera y especias ). Sensación como de fogata o hojarasca verde ardiendo de arboles con sabía por vía retronalsal. Es un vino muy rico, complejo y con desarrollo en botella, creo que ahora está como en la fase “ humana “de los cincuenta años, y que mejorará en botella seguro. Me consta que es de las bodegas más antiguas y autenticas de Ribera del Duero y del cariño con que la propiedad cuida sus viñedos y vinos. Junto con Hacienda Monasterio y Viñas del Jaro, conforma un pago único en Pesquera de Duero ( solo separado por caminos ). Gracias a D. Luis Sanz que fue un precursor de esa zona y entre otros de la Ribera del Duero.
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