Pedrosamente clásico

Porque es que mantiene esa línea tan clásica que gusta a unos y a optros los deja iondiferente. Pero eso sí, es difícil encontrarte una añada mal interpretada o elaborada. Un segurín.

Y lo notas proque mantiene esas notas clásicas con laurel, fruta roja y negra, regaliz, pimienta, ahumados, vainilla... Va creciendo en copa con los tostados, tabaco, monte bajo, cuero, mineralidad, tierra húmeda y nuez moscada. Es intensa la nariz, elegante y con notas de crianza y fruta bien balanceadas.

La boca es cremosa, con una buena entrada de fruta madura y esos tostados. Paladeando vas desnudando al vino poco a poco, descubriendo esa pimienta, café, lácteos muy sutiles, maera fina, ahumados, notas como de pimentón de la Vera, tabaco, sotobsoque, balsámicos y flores marchitas. El tanino ya está muy domado, suave, con ese toque terroso tan de la casa. Buena acidez y estructura para aguantar un tiempo más (un par o tres años), aunque me da que esta añada fue cálida y que tampoco va a desarrollar mucho más, pero será el tiempo el que dirá de qué es capaz este vino.

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