Una forma maravillosa de comenzar el 2017...

Mucho, demasiado tiempo, llevaba sin disfrutar de la compañía de este noble vino.
Varias añadas son las que he probado de él, aunque debo decir que desde las añadas '10 en adelante, nada de nada.
Eso no supuso ningún problema a la hora de disfrutarlo este 31 de Diciembre, pues cuando uno se enamora de un vino (y éste es el caso), desde luego que no olvida como es.
Visualmente, sí lo recordaba más opaco, oscuro. Aquí la capa es un poco más transparente, aunque el color granate sigue siendo estupendo. Lágrima muy fina, marcada, densa en el cristal de la copa, más transparente que tinta.
La nariz...ay, amigos!! La nariz es muy San Román...O debería decir muy "Tempranillo del Sr.Mariano"?
Lo tiene todo: intensidad, expresión, complejidad. (Quizás no tan potente como lo recordaba en otras ocasiones)...Pero resulta embriagadora. Es fácil enamorarse de ella.
De primeras, comienza con unos bailes florales, como de lavanda y algunas flores más que ya se me pierden en la memoria. Curioso lo que aparece por aquí (o soy yo?): trazas de cascara de naranja o limón, amargosas. Luego, lo típico (y festivalero): especias dulces (canelas, la sempiterna vainilla finísima), cacao más virando al chocolate más líquido y dulce. Aparece la fruta negra, la cremosidad del conjunto (sí, sigo hablando de la nariz). Se me acaban los adjetivos y descripciones...
En boca, entra con un trago fluido, largo. Muy educado, redondo. Hecho.
Si hay algo que me gusta este Toro en comparación a otros de su pedigrí y nivel es que, por ejemplo ya en este 2012, te lo puedes beber perfectísimamente ahora. Bueno ahora, y de aquí a 5-6 añitos pòsiblemente. Y mantendrá el mismo nivel.
Dicho de otra forma y sin bravuconadas: Tan intenso y elegante como un Numanthia o un Vitorino, por citar dos grandes de la zona. Pero muchísimo más dispuesto y sin tener que esperarme años y años a que esté plenamente disfrutable.
Ésa es, a mi parecer, la grandeza de este vino.
Mantiene una acidez decente. A veces se siente punzante, viva. Aterciopelado final, con buena persistencia y final frutoso y especiado, acompañado de suaves notas de la barrica.

Creo, mojándome más si cabe, que me seguiré quedando con los 2003 y 2006 que probé en su tiempo.
...Pero que nadie se pueda llevar a engaño con este '12: sigue siendo una maravillosa criatura, obra de uno de los enólogos más importantes de la historia de este país.

Amén.

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