¡Cuánto equilibrio y qué armonía!

Vamos con el cuarto de los seis vinos que trajimos a una comida en la que nos juntamos antiguos alumnos del colegio Cervantes de Castellón (EGB del 66 todos recién cincuentones, je,je...). Cada uno fue trayendo el vino que le pareció. Esta botella fue una de mis aportaciones. La abrimos una hora antes de su cata. El tapón salió en perfecto estado, tintado unos 5 mm en su base, largo y compacto. Catamos a 17°C:

VISUAL: Sigue mostrando un color rojo cereza de capa media-baja, ribete amplio y algo atejado. De lágrima abundante y esbelta (84).

OLFATIVA: A copa parada encontramos notas de fruta negra en compota (confitura de ciruelas) de intensidad media-alta. Agitando nos regala aromas lácticos, especiados dulces de vainilla y canela, de pimienta negra, notas de regaliz, apuntes de trufa negra y los correspondientes apuntes terciarios: cacao, café torrefacto, cueros y tabaco habano. Al final unas agradables sensaciones balsámicas (eucalipto). Mucha mayor intensidad que la botella de hace un año y exquisito bouquet (92).

GUSTATIVA: En boca nos encontramos un vino delicioso. Buen ataque, con una acidez marcada, taninos dulces y de gran amplitud. Pura seda, armonioso y aterciopelado, muy redondo. En retronasal nos trae recuerdos de guindas en licor, nuez moscada y sutiles apuntes de tabaco inglés. De persistencia alta llegando a los tres minutos y medio. Qué botella tan bien ensamblada, cuánto equilibrio y qué armonía. Una exquisitez de vino. Nos preguntábamos hace un año si este vino iba a ir a más... pues la respuesta es SÍ con mayúsculas. Puede que sea la botella o puede que sea la guarda, pero el resultado es el mismo, estamos ante un caldo que ha evolucionado magníficamente y al cual le subo la nota por méritos propios (94).
Creo que nos queda una última botella... veremos qué nos depara.

La RCP la subo a excelente, 16 euros por este vinazo es una ganga.

El maridaje fue una paella de leña con pato, costilla y setas. Este Imperial fue un complemento perfecto a la paella, su acidez y aterciopelada suavidad armonizaban exquisitamente con las texturas y sabores de nuestro arroz. De nuevo agradecer a Jorge y a Lola su hospitalidad. Deliciosa velada, lo reitero.
Salud-os!!