Da la cara

De color rubí rojizo de capa media-baja, muy claro, poca extracción, translúcido. Reflejos anaranjados y cobrizos, brillante. Gran cantidad de precipitado en la base de la botella. Borde amplio, atejado, sin gran diferencia respecto al menisco. Fuerte sensación de grosor.

Se presenta abierto, goloso, avainillado, con buena intensidad pero con cierta dificultad para evolucionar. Va abriéndose paso, poco a poco, desde una barrica repleta de cremosos y lácteos que no dejan espacio a nada más hacia un vino de perfil confitado. Hay una generosa cantidad de fruta (endrinas, guindas, membrillo) que va mutando a registros de humo, tabaco Virginia, seguido de un tímido fondo ahumado y herbáceo que trae apuntes de laurel, cuero curtido, sotobosque, hiedra, humedad...

En boca es acariciante, cálido, envolvente, especiado, sin mucho peso y con la dosis justa de acidez para mantenerse aún con vida. Equilibrado, pulido, algo justo de energía pero extremadamente sabroso y disfrutable. Tras dos botellas abiertas parece que ha llegado a ese momento en el que comienza a dar los primeros síntomas de preocupación. Mejor sería darle matarile lo antes posible sin esperar más. Amable, de factura similar al Ardanza del 80: igual de asequible y convincente.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2016/02/vina-ardanza-1983-reserva.html

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar