Aromas juguetones de pera, humo, miel de flores silvestres y arena caliente. En boca es generoso, con una textura cremosa y fruta bien amplia. Si uno se lleva del gustillo, se lo toma enterito sin prestar mucha atención a todo lo que está pasando bajo la superficie. Sabores a pera y toronja, luego algo de carne ahumada, luego una banda apretada y seriota de cítricos y purísima mineralidad. Un vino opulento y complejo, con final largo que demuestra una estructura sólida. Va a añejar muy, pero muy bien. Y sólo me costó US$12. Una compra excepcional.
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