Vino de almacenaje

De color amarillo dorado, intenso, limpio. Reflejos cobrizos y anaranjados, vivos, mucho brillo. Hay la habitual sensación glicérica, cantidad de lágrima, fina, permanente.

Complejo, muy exigente en sus inicios. Viene marcado por un apunte reducido a moho, trasiegas, duelas envinadas, que puede dar a pensar que hay problemas de tca. Para nada!! El vino mantiene esa austeridad original de la bodega basada en una finísima nota amaderada, sobre la que se asientan la cúrcuma, flores blancas y un apunte de fruta madura de fondo (orejones). Delicado, sutil, puro pero esquivo, con una gran capacidad sugestiva. Se intuye más de lo que se percibe: salmuera de limón, pomelo, césped recién cortado, hiedra, cabello de ángel, membrillo confitado, almendras amargas, anises estrellados... Está embutido de descriptores que se resisten a hacer acto de presencia. Da la sensación de estar ante un vino comercializado de forma prematura.

En boca se presenta con un chispazo de acidez, crujiente, matizado por una textura untuosa. Tenso, vibrante, ligeramente amargoso, marcado todavía por su crianza en barrica que se deja notar en un apunte tostado y cremoso de fondo. No es un vino perfecto; aún no lo es. Está crudo, por hacer, pero brilla por sí mismo. Se queda enganchado al paladar con un final larguísimo y un retronasal en el que bascula entre el dulzor de la fruta y el aporte cítrico y ácido. Vinazo!!!

Sin novedad, y es que de nuevo tenemos que hablar de una grandísima añada. Pero cómo explicar lo que la bodega está consiguiendo cosecha tras cosecha, engarzando una perla tras otra para labrar la que es por derecho propio la gran obra de orfebrería en blancos de Rioja. Estos vinos merecen ser considerados como históricos desde el mismo momento en que han sido comercializados. Son incomparables en su estilo, imbatibles en precio y desafían el sentido común al compararlos con cualquier otro asunto que tengamos entre manos como inversión de futuro. Las diferencias de calidad entre el blanco reserva y el gran reserva se ha ido estrechando cada vez más.

Muchas veces se habla de tal o cual añada histórica, del 42, del 59, del 64, y no nos damos cuenta que a pocos metros de casa podemos hacernos con un vino a la altura de cualquier mito pasado. Más que vino de guarda se trata de vino de almacenaje. Reservar unas cajas de algo con este nivel como mínimo tiene que alargar nuestra esperanza de vida. Es pronto para hacer un valoración más amplia pero hay que sentirse afortunado de poder disfrutar de algo así. El Tondonia blanco es uno de los granes vinos del mundo.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/12/vina-tondonia-2002-blanco-reserva.html

  1. #1

    Gastiola

    Si es lo que digo yo pero mucho más resumido: que está rico, muy rico. :-) Afortunadamente algo tengo en casa.

  2. #2

    Expatriator69

    Fantástica cata, como siempre maestro!! Se me hace la boca agua...
    Solo he probado los Gravonia blancos, pero definitivamente habrá que hacer un esfuerzo y comprar algun reserva blanco de este Tondonia.
    Saludos!!

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