Una maravilla con complejidad y delicadeza frutal.

Rojo pardo cereza de baja - media capa con ribete teja - marrón. Nariz emotiva, intensa, delicada, con aromas de flores blancas, tostaditos, pastel horneándose, galletas, frutas rojas del bosque, confitura de naranja junto a otros matices terrosos y de tabaco viejo. Hay notas de desván, cartón seco, ebanistería, tierra batida de albero y un final de nariz tostado muy elegante que recuerda a matices cárnicos (túetano). En boca es una delicia, sedoso, equilibrado, con una excelente fruta roja que recuerda a los caramelos de fresas de forma intensa y muy delicada a la vez. Excelente acidez que le da largura y longitud en el paso a un cuerpo perfectamente ensamblado con los años en botella y en donde la fruta se muestra con belleza. Retronasal que recuerda a los caramelos de frambuesas y violetas. Es un vino varonil y femenino al mismo tiempo, lleno de complejidad y con un excelente matiz frutal. Sin lugar a dudas en su mejor momento. Puntuar estos vinos no tiene sentido, el 80 %, gracias a Dios, es pura emoción sensorial. No tiene ni un atisbo de defecto. Máximo 45 minutos de decantación.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Limonero

    Los vinos de Bujanda de esa época son sorprendentes. Es muy posible que se trate del Hidalguía de Bujanda aunque embotellado en otro formato y con precinta de Vino de crianza. No son vinos conocidos pero están al nivel de los más grandes. Un saludo.

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