No esperaba menos...

En botella renovada, con etiqueta elegante, sólo me podía esperar ese vino.
Ese marrón tirando a caoba, ribete acercándose al amarillo dorado y lágrima densísima y sin embargo me sigue pareciendo un vino limpio.
Se nota el alcohol, claro, pero esos matices en nariz de pasas, paja, miel de caña e incluso de establo, se mezclan gratamente para que sólo con olerlo, podamos notar su dulzor.
Creo que tiene una entrada explosiva y que con el primer sorbo ya estás disfrutando. 1000 matices diferentes (y que no sabría definir), se terminan armonizando para dar un dulce viejo y redondo que deleitará los paladares más exquisitos.
Respecto al maridaje, estuve dudando... se habló de mojama, anchoas, quesos e incluso algún postre "seco" (tipo tarta de santiago).
Mi conclusión es que a este vino no hace falta maridarlo con NADA!!
Lo disfrutaré sólo, bien como aperitivo o como postre.
En definitiva, me ha gustado mucho... tendrá algo que ver que soy andaluza??

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar