Un palo cortado singular y emocionante
Hemos tenido la fortuna de catar este vino en varias ocasiones, pero hace unos días le dedicamos más tiempo, toda esta tranquilidad que indudablemente merece.
El color es un caoba no muy subido, destellos cobrizos. Su nariz es impactante, intensa, compleja, elegante, arrolladora. Hay especias, tonos de maderas nobles, piel de naranja, frutas escarchadas, tabaco, miel, frutos secos, toques pasificados.
Su paso por boca es una caricia de seda, pero con una tensión interna que no deja descanso. Tiene un ligero dulzor perfectamente integrado en el conjunto y es envolvente en el final, donde quedan recuerdos de frutos secos, maderas nobles y especias. Esférico y de recuerdo interminable, de portentosa persistencia.
La serie “Rare Sherry” de Osborne tiene una cierta dependencia de sus sacas y encuentras botellas muy buenas o sencillamente legendarias. Esta es una de las últimas y nos muestra en todo su esplendor a uno de los grandes palos cortados existentes, o lo que es lo mismo, a uno de los grandes vinos mundiales. Unos 130 euros, los vale desde la primera hasta la última gota.