Tinto potente, natural, frutal y placentero.

Sin niguna referencia, me enfrento a él, acompañado de unos chuletones de potro.
Visual: Capa media-alta picota con reflejos de juventud todavía. Buena viscosidad en copa, lagrimeo lento y grueso.
Olfativa: infusión de frutas, moras, arándanos, casís, ciruelas casi pasas, cerezas en licor, balsámico, algo de regaliz e incluso de tinta, tostados finos y ligeras notas de crianza en roble, que acompañan y que disimuladamente lo engrandecen, sin protagonizar en ningún caso. Una crianza impecable.
Gustativa: Entrada amable, casi dulce, paso de boca pleno, contundente, con molla, taninos pulidos y una acidez correcta hacen de él un vino que a pesar de su corpulencia tenga un trago largo. Final grato de mermelada de frutas, ligeros tostados y algo láctico.
Muy buen vino, que a pesar de sus 15º resulta mas suave y agradable que muchos de 13. Como curiosidad, al beberlo he encontrado que se parecía mucho a los vinos que elaboro... totalmente artesanales y con ese sabor a uva sana y bien trabajada, que indica también, que no ha sido clarificado.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar