Otra botellaza.

Como es lógica, para mi claro, cuando degusté la primera botella de éste vinazo, me fuí rápidamente al lugar donde lo había adquirido y me traje las tres botellas que quedaban, lástima de tan pocas existencias.

Esta botella se ha comportado muy similar a la anterior, lo único que la ha diferenciado un poco es la regular armonía que mostró con los platos con los que fué combinado. Los especifico, una crema de esparragos y unos canelones con queso rallado.

Tomado a solas es un vino sobresaliente, pero con este acompañamiento, repito, bajó algunos enteros en la valoración.

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