Y antes de volvernos a España de vacaciones nos hemos guardado este Barolo de la bodega Marengo & Cugnasco. Un Valfieri riserva speciale de la añada de 1.964 con un nivel de líquido espectacular. Tuvimos la botella de pie cuatro días antes y la abrimos con el abridor estándar de tijeras pues el corcho se mostraba muy compactado. Lo conseguimos aunque en dos piezas. Dejamos respirar por espacio de cuatro horas y catamos a 17°C:

VISUAL: Ahora ya tenemos claro que estos Barolos tienen tonalidades poco intensas, pero al inicio nos provocaba un poco de susto ): Posee un precioso color rubí muy brillante y de capa baja, con un amplísimo ribete teja anaranjado (86).

OLFATIVA: A copa parada encontramos unas sutiles notas cítricas como a corteza de naranja así como aromas florales a agua de rosas. Al agitar el líquido surgen fragancias de montebajo (orégano y tomillo), especiados de nuez moscada, apuntes fúngicos de "tartufo bianco" y balsámicos de eucalipto. Al final aparecen algunos ahumados, sándalo, incienso, tostados de la barrica y un ligero atisbo a frutos secos. De intensidad media pero de una exquisita y variopinta complejidad (91).

GUSTATIVA: En boca es impresionante, una delicia de vino. Suave, sutil y muy redondeado. Cremosidad por doquier con una acidez descomunal. Los taninos muy puliditos se van viniendo arriba tras cada sorbo. Ensamblaje asombroso, fruta y madera en total armonía proporcionando sensaciones muy placenteras, sedosidad y amplitud de una elegancia y un equilibrio apabullantes. En retronasal aparecen frescas notas de frambuesa y de nuevo apuntes fúngicos y de frutos secos. Persistencia de tres minutos y 10 segundos con un post-gusto maravilloso, puntito secante, acidez marcada pero sin una sola arista. Qué pedazo de vino nos estamos bebiendo. Un nuevo productor que no tenía entre mis catas, de una añada mítica tambien para los Barolos, que desde luego ha estado muy a la altura de lo esperado. En nariz muy complejo pero en boca es auténticamente cautivador. Tremendo vinazo que nos vuelve a confirmar que los Barolos también saben envejecer dignamente (95).

La RCP fue muy buena pues pese a costarnos 48 euros creo que son vinos que lo valen... y más.

MARIDAJE: La primera vez lo compartimos con nuestro surtido de embutidos de los lunes (chorizo, salchichón y lomo embuchado ibéricos, queso curado de oveja y jamón ibérico de cebo). Un espectáculo de sabores perfectamente combinados con los apuntes ahumados y balsámicos de nuestro vinazo. En la segunda ocasión unos jugosos bistecs de ternera a la salvia maridaron exquisitamente. Apuntes herbáceos y cárnicos coqueteando con las notas fúngicas y especiadas de nuestro Barolo. Qué gran disfrute y cómo nos alegramos que haya vida después de la Rioja en el mundo viejuno ):

Salud-os!!

Rubí con ribetes ligeramente atejados, capa media, algo velado.

Nariz intensa y compleja, una muestra de lo que debe ser un gran Barolo viejo. Comienza tímido pero siempre con limpieza, con notas de frutas en licor, chocolate negro, un precioso tamiz especiado, trazas ahumadas, un ligero recuerdo de piel curtida, balsámicos y tabaco de pipa. Sorprende por su entereza y definición con 51 años.

En boca está en plena forma, vino vivo por su acidez y por su paso firme y estructurado, potente y armónico, con un final de marcado peso y elegancia donde quedan sensaciones de fruta en licor y puntas especiadas, con un tanino vivo aunque perfectamente integrado en un conjunto encantador en estos momentos. Persistente.

Los vinos viejunos de Marengo & Cugnasco son sólidos como una roca, tal y como hemos podido comprobar con este 64 y con dos 67 anteriores, vinos que sorprenden por su entereza y definición, en este caso incluso por su juventud. Por encima de los vinos de otras casas teóricamente más prestigiosas. Excelente una vez más.