Un vino volcado hacia dentro en sus matices

Tras 16 años después de mi anterior cata, el vino muestra un color rojo picota de capa alta y pequeño ribete granate. Nariz terciaria con aromas de fruta negra del bosque, puntita de acidez volátil que le da cierto brío refrescante a la nariz, sin llegar a molestar demasiado. Hay complejidad olfativa con bastantes matices terciarios, tinta china evolucionada, cacao, sotobosque, hojarasca y bosque umbrío. Paso de boca fresco y con una acidez presente que lo hace algo puntiagudo en algún momento de la evolución, donde se perciben los taninos de la fruta y de la madera con una integración media. Quizás está botella no exprese todo lo que lleva dentro de la mejor forma. Marca un estilo creo que diferenciado del resto de Priorats, como si fuese un vino volcado hacia dentro en sus matices.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar