Lo que se avecina...

Amarillo dorado muy limpio y brillante, muy bonito.

Nariz de mediana intensidad, algo austera, está aún desarrollándose, muy cítrica y mineral, ahumados y fruta blanca, ligeros herbáceos.

Boca potente, bastante seca, con las notas de una buena madera presentes pero sin cansar, con buena acidez, notas a flores secas, almendruco, piedras y finos especiados. Buen final, un punto cítrico y amargoso.

Viendo la trayectoria de este vino en los últimos años, todo parece indicar que en unos años ganará en complejidad y será excelente. Ahora mismo está muy bueno, pero “sientes” que te pierdes algo, más en comparación con el 98 que, hoy por hoy, está en mejor momento (como es lógico por edad y añada).

Para comprar tanto como se puede e ir abriendo sin prisa.

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