Al principio recuerda, parece, pero no es. Cuando le damos tiempo y simplemente, lo juzgas por lo que es, sin complejos, sin pensar en el precio, sacas y descubres.
Surgen aromas cerrados a humus, setas, cuero, cuadra que van cediendo espacio y contenido a la fruta roja, que se muestra viva y sencilla.

Me gusta un poco más en la boca, paladeas una cuchara de miel de brezo, es muy floral, muy de campo, monte bajo, notas de encina, alguna pincelada de la fruta roja y de la negra, que resaltan su frescura, dentro del marco. Hay un fondo tostado y ahumado, tan suaves como delicados, sientan bien, armonizan, dan eco. El tanino marca y lo hace tan bien que gusta, resalta el resto de valores.