Los viejos vinos de Bilbaínas tienen un nivel excepcional, en cualquiera de sus gamas...
y esta añada del 55 es sin duda gloriosa en Rioja
De nuevo alguien que sabe compartir saca de la chistera otro pedacito de la historia del vino español. Más viejo que un servidor -lo que comienza a ser bastante- aparece vestido de color rubí, con media capa y abundantes destellos teja. La nariz tiene un claro y definido perfil clásico, con toques de cueros viejos, algo de trufa, flores ajadas... el frecuente bouquet que presentan los vinos de la zona. La fruta es tenue, algo licorosa, roja y mantiene cierta frescura. En boca entra bien, sigue manteniendo cierta materia, si bien el paso es fluido, acidez media, suaves amargos, largo y con carácter.
Los viejos vinos de Bilbaínas tienen un nivel excepcional, en cualquiera de sus gamas...
y esta añada del 55 es sin duda gloriosa en Rioja
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