Vino de "Terroir", elaborado bajo la influencia de la luna, agricultura biodinámica, 6 años nada más y nada menos de guarda para dar un vino muy especial, nada que ver con los aromas que nos dan algunas variedades, si vamos con esa predisposición aun nos sorprenderá más, fue catado brevemente en la bodega y ante tal sorpresa he decidido dedicarle el tiempo que se merece para analizarlo, abierto en un día Fuego y al siguiente Tierra.
Nada más decorchar ya en el corcho se aprecian abundantes precipitaciones, de color purpura, decido decantar y dejar que se oxigene diez minutos, más que nada por los años de reposo que lleva en botella.
Vino color picota madura con destellos teja, capa media, brillante, se aprecia ligeros posos debido a que no es filtrado y lágrima fina y abundante.
En nariz con buena intensidad, notas de fruta roja muy madura, casi pasificada, entremezclada y aquí viene lo curioso, con notas de piedra, humo y cueva, con cierta evolución a notas especiadas, sobre todo de monte bajo, tomillo, romero y olivos, con algún rastro de flores rojas marchitas muy maduras, perfumado, profundo, expresivo y bien definido, con una serie de aromas dificiles de olvidar. Está claro que no es un vino corriente, no se trata solo de fruta, esconde algo más en su interior y para llegar a entenderlo hay que bajar a la cueva donde se cría. (Se entenderían muchos de estos aromas).
El paso por boca, suave, sencillo, amable, cálido, afrutado con esas notas de tierra y piedra humbría, cuerpo medio, largo recorrido, bien hecho, bien constituido, mineral, buena acidez, equilibrado, de entrada ágil, sabroso y un tanino aterciopelado pero presente. Muy agradable en boca, enganchan esos aromas de tierra, no se viene abajo en ningún momento, conforme coge temperatura el agrado es mayor.
Retronasal, cueva.
Postgusto, largo y muy bueno.
Vino diferente donde los haya, no es un vino fácil si solo se busca la fruta, la primera vez que lo probé y fue en la bodega no sabía de donde me salian esos aromas, no eran de la madera, la fruta ya la había detectado y ¿que era lo otro?, la cueva.
Me alegro muchísimo de encontrarme con estas elaboraciones tan especiales que se salen de lo cotidiano, que nos hacen disfrutar y nos expresan el terruño y el hacer de estas gentes.
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