Excepcional vino una vez más.

Casi dos años después tenemos la dicha de poder volver a disfrutar de este viejuno que nos dejó alucinando. El nivel de la botella estaba un poco justito, como medio cm. por debajo del cuello. La abrimos y dejamos respirar por espacio de 4 horas. El tapón salió enterito con el abridor de lamas a pesar que estaba íntimamente adherido al vidrio. Servimos a 18°C:

VISUAL: Presenta un color rojo cereza de capa media-baja (menos intenso que la de 2015), brillante y con un amplio ribete teja anaranjado (85).

OLFATIVA: A copa parada encontramos un vino muy vivo, con aromas a compota de higos y a finos tostados. Al agitar el líquido nos embriaga con sugerentes especiados de canela y vainilla, notas de montebajo (tomillo), balsámicos mentolados y una amplia pátina de apuntes viejunos: rosas marchitas, desván, fúngicos de trufa negra, crin de caballo, polvorilla y alcanfor. Es toda una odisea para las pituitarias sin cesar en su empeño de mostrar en lo que se ha convertido. Potentes terciarios de cuero curtido, tabaco inglés, café en grano, duelas envinadas y el omnipresente toque de maderas nobles y ebanistería. Un portento de complejidad y de intensidad media-alta pese a sus 4 horas de aireación. Un bouquet memorable una vez más (96).

GUSTATIVA: En la boca de nuevo esa explosión pasmosa, intenso, de acidez superlativa y tremenda amplitud que te hace alucinar al pensar que tiene 56 años. Los taninos dulces y maravillosamente ensamblados en el alma del vino confiriéndole un fino tacto sedoso y lácteo. Con un retronasal embelesador a mermelada de frambuesa, chuches de fresa, té negro, clavo y vainilla. Persistencia de 4 minutos intensos, con un post-gusto amable donde los haya, amaderado y frutoso, desconcertante y provocativo, quasi sexy diría... Un clásico que muestra el potencial de una añada tapada por la del 64 aunque sin duda le va muy, muy cerca. Excepcional vino una vez más, obra maestra riojana que nos aficiona más aún si cabe a este maravilloso mundo viejuno (97).

La RCP fue excelente pues esta botella la pudimos conseguir por 30 euros.

MARIDAJE: Estos fueron los platos con los que disfrutamos de nuestro vino: Solomillo de cerdo macerado en jugo de papaya con alcahofas y setas; Lomo de pez espada en salsa de zanahoria con nuez moscada y tomillo; y un rica paella de pollo y costilla. Con el cerdo fue una grata experiencia, carne suave y jugosa en perfecta armonía con los apuntes acompotados. Respecto a la combinación con el pez espada y esa salsita de zanahoria resultó una delicia, notas herbáceas a tomillo y especiados en una increíble simbiosis. Y con nuestra habitual paellita qué decir, los apuntes fúngicos del vino y los cárnicos del arroz maridaron espectacularmente. Tres ágapes con un denominador común... un vino estratosférico, protagonista de todas y cada una de las comidas y que deseas que nunca se acabe. Enorme disfrute!!

Salud-os!!

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Expatriator69

    Fotos:

    • Enorme vino

      Enorme vino

    • Buen corcho

      Buen corcho

    • En la copa

      En la copa

    • Con el solomillo de cerdo

      Con el solomillo de cerdo

    • Con el "picudo"

      Con el "picudo"

    • Con la paella

      Con la paella

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