De color rubí granatoso de capa media-alta, tapado, oscuro, límpido, sin asomo de precipitados. Parece un vino joven. Reflejos cobrizos y rojizos, brillante. Ribete amplio, claro, casi atejado, con una marcada diferencia respecto al menisco.
Una presentación de las que dejan recuerdo: denso y compacto desde el momento mismo de abrirlo. Sobresale un aroma profundo a maderas finas, cedro, y el mejor de los cueros. Es extraordinariamente elegante e intenso, envolvente, bien definido, sacando notas de fruta roja y negra en sazón perfumada por una pincelada de flores marchitas y hierbas aromáticas que tienden a dar un tímido punto asilvestrado (lavanda, yedra, hojarasca). No hay manera de sacar la nariz de la copa. Hipnotizante!! Chispea pequeños detalles: pimienta ahumada, perfumada, manteca de cacao, colmenillas, nuez moscada, cacao en polvo.
En boca es de textura aterciopelada, bruñida en las formas pero con un empuje del todo impropio. Se agarra a la boca y satura, vivaz, casi musculado, con estructura, y una espaldas magníficas. No por ello deja de tener orden y mesura, pero a lo grande. Es fresco y acídulo, derrocha brío y mesura. Tiene las medidas exactas, tallado por los grandes sastres de Murrieta. Posee el punto exacto de madera para que vaya descarnándose por momentos. Cada vez más puro, lleno de fruta jugosa. Un Murrieta Reserva inédito, casi imposible de localizar, fruto de una cosecha extraordinaria en Rioja que la bodega de Logroño ignoró y de la prácticamente no embotelló nada tras un grandísimo 54 en el que centró toda su atención. Cuesta creer la regularidad que se alcanzaba hace 60 años. La historia del vino en España se escribe con tintos como éste. Nada tiene que envidiar a un Castillo Ygay, incluso por encima de alguno de ellos. Estamos ante un grande entre los grandes, unos centímetros por debajo del grandísimo reserva del 48. Pero vaya, cuestión de gustos!!
Marqués de Murrieta: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/12/marques-de-murrieta-1955-reserva.html