Demodé

El aspecto de esta botella invita a bien poca cosa. El corcho esta inflado, completamente empapado por el vino. Tiene un sospechoso color negruzco, de textura achocolatada, y además tan dilatado que ha acabado por desprenderse desplazando ligeramente la parte superior de la cápsula, que afortunadamente ha aguantado el embite. Veamos: de color cereza granatoso, pardusco, oscuro, de capa media-alta, mate, sin brillo. Parece que ha sufrido un exceso de oxidación pero no hay en él notas yodadas. Reflejos rojizos, opaco. Borde estrecho, atejado, con marcada diferencia respecto al menisco.

Nariz fina, muy especiada, con un apunte de carne ahumada (carbón vegetal, sarmientos) y pimentón que nos hace pensar de inmediato en altos porcentajes de cabernet. No hay rastro de tufos ni un exceso de reductivos. Limpio, sí, aunque adolece de falta de intensidad. Van saliendo notas de maderas viejas, de soleras y trasiegos que se mezclan con caza, sangre y un fondo ferruginoso que podría ser de condición mineral. Oscuro e incluso algo misterioso, con el encanto propio de sus noventaytantos años. No acaba de mostrarse, parece que ande entre sombras.

En boca es mullido, pulido, sin huella de taninos y con un delgado hilo de vida con el que se aferra a la vida. Maduro, delgado, ligeramente dulzón, avainillado. Se ha ido quedando sin dientes pero aún es capaz de soltar un última dentellada. El conjunto es señorial y caduco. Recuerda a esas familias venidas a menos intentando mantener las apariencias. Un vino lejano, de otra época, que se despide sereno. Un cadáver hermoso ante nosotros. Respeto!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/12/marques-de-riscal-1922-reserva.html

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    EuSaenz

    Bueno, pero por lo menos no te lo han contado, verdad? Yo lo más cercano que recuerdo es un 1925 que Andrés nos abrió en Cigaleña hace ya un tiempo. La verdad que salió una gran botella, pero ya con estos años…es complicado.

    Saludos,
    Eugenio.

  2. #2

    Limonero

    en respuesta a EuSaenz
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    Lo realmente antiguo de Riscal suele llegar más fatigado que el resto de vinos de otras bodegas (Murrieta, Paternina y para de contar). Los tintos de finales de la década de los 10 y los 20 son irregulares: cada botella un mundo. Seguramente se deba a que las crianzas en madera, como buen vino alavés, eran comparativamente más cortas que en los de la Rioja Alta. Estoy seguro que cuando se embotellaron esos vinos tan longevos se hicieron todo tipo de ensamblajes con otros más "jóvenes" para insuflarles vida. El resultado es prodigioso, sólo hay que ver el nivelazo de un Paternina 20-22-28 o de los Castillo del 17-25. Hace unas semanas abrimos un Viña La Riva blanco del 22 (embotellado en el 42) y estaba en plenitud. Este tipo de cosas te hace cuestionar las curvas de edad de los vinos. Un saludo!!

  3. #3

    EuSaenz

    en respuesta a Limonero
    Ver mensaje de Limonero

    También creo que en el caso de Riscal influyó el hecho de que tras la filoxera las viñas replantadas necesitaron un tiempo para ir asentándose, sobre todo en ese período de la primera década el siglo XX, aun así tengo entendido que el 1924 de Riscal es uno de los grandes históricos de la casa. ¡Riscal 1900 todavía era prefiloxérico!

    Ahora bien, la solidez de un Paternina 28 o un Ygay 25 se sale incluso de la misma lógica…

    Saludos,
    Eugenio.

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