Hacía algo más de cuatro años que no probaba este vino y la evolución me está pareciendo fabulosa. De hecho, aunque puede aguantar mucho más, está en un momento de consumo perfecto.
En primer lugar destacaremos su limpieza y su capa media-baja con un ribete todavía violáceo.
La nariz mantiene unos toques a fruta negra sensacionales (mora y arándano), mezclados con notas especiadas, cárnicas y minerales.
En boca es profundo, serio, sabroso y muy elegante. El tanino aún tira, pero va integrándose, la madera se ha disipado y me da la sensación de que ha ayudado a que todo se redondee. Además, tiene acidez para hacerlo vivir largo tiempo. La fruta sigue siendo (casi) la única protagonista.
Final largo, primario y punzante.
Uno de los mejores Quinta do Vale Meão este 2012. Y, aunque genere debate, uno de los mejores tintos de la Península Ibérica.
Así es, y con años se pone en un nivel inmenso.
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