Para bebérselo ya, o al menos eso nos indicó esta botella...

Estamos en la comida de Navidad y tenemos dos vinazos para comer, un Único del 73 y este Prado Enea del 70 con el cual empezamos. Abrimos la botella con el abridor de lamas y conseguimos sacar el tapón íntegro. La decantamos dos horas antes de su cata y lo servimos a 17°C.

VISUAL: Rojo picota de capa alta con el ribete atejado, muy amplio. Presenta una clara turbidez, lo cual tras leer la cata de Limonero en donde su botella se presentó "clarísima y límpida", no nos hacía presagiar nada bueno.

OLFATIVA: En nariz se muestra bastante reducido incluso tras las dos horas de oxigenación asomando notas fúngicas, a flores marchitas y un curioso recuerdo como a grasa de jamón, rancio. Al ir moviendo la copa aparecen aromas a regaliz de palo, finos tostados de la barrica y un toque de duelas envinadas. Acaba con un final en donde asoman cueros, tabaco de pipa y notas especiadas de pimienta, canela, vainilla y clavo, muy riojano. De intensidad media. Esta botella creo que estuvo al límite en cuanto a aromas de reducción, habrá que ir abriendo lo que tenemos en stock y confirmar si el resto está en el mismo estado.

GUSTATIVA: En boca tiene un potente ataque presumiendo de una alta acidez y de unos taninos muy dulcificados, vino muy redondeado. En retronasal apreciamos otra vez notas terciarias, los cueros, tabaco y cacao. La persistencia es corta, sobre un minuto. Está empezando su declive, especialmente en nariz, pero perfectamente disfrutable en boca en donde se presenta sutil y aterciopelado. Para bebérselo ya, o al menos eso nos indicó esta botella... Veremos en las próximas.

La RCP la dejo en buena, por poco menos de 30 euros pudimos hacernos con algunas botellas de este gran vino.

Estamos en la comida del día de Navidad que preparó como cada año mi amada madre. Como es tradición desde que tengo uso de razón, nos agasajó con su inigualable "escudella catalana y carn d´olla" como primer plato. El vino maridó estupendamente, los intensos sabores de tan suculento caldo fueron perfectamente controlados por la redondez de nuestro gran Rioja, todo se integró en perfecta armonía. Delicioso comienzo de la siempre entrañable comida navideña.

  1. #1

    Expatriator69

    Foto del vinito:

    • Prado Enea reserva 1970

      Prado Enea reserva 1970

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