Cuando uno tiene la suerte de disfrutar un vino de este calibre simplemente hay que disfrutarlo y agradecer la generosidad del amigo que lo aporta porque no habrá muchas ocasiones de repetir.
En la copa aparece de color dorado relativamente cargado, con burbuja fina.
En nariz la intensidad es alta, ligeramente reducido de inicio pero rápidamente expresa lo que lleva: fruta blanca, cítricos, toques ahumados y especiados.
En boca expresa todavía más, vino grande, con una acidez más que interesante, fruta madura, mineralidad.
Es un vino que no deja indiferente, probablemente el mejor champagne que haya probado nunca.
Tienes que tener una suerte como la mía o un arrebato de locura para gastarte la pasta que cuesta ;-)
El millesimé es quizá el vino más ortodoxo del maestro, el menos “Selosse” y más “Avize” de sus vinos, no he probado todavía este 2003 (año muy cálido) aunque con un poco de suerte lo haré mañana. Es un vino siempre excepcional que en años como 96 o 02 alcanza la cumbre.
Saludos,
Eugenio.
La verdad es que es un vino que no deja indiferente desde luego. He probado todos este año y, siendo todos tremendamente apetecibles éste me parece sublime.
Saludos!
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