Vuelvo a probar este denostado vino despues de dos años de una decepción.

Vuelvo a probar este denostado vino despues de dos años de una decepción. Ahora yo diria con lenguaje de D. Manuel que empieza a desdoblarse. Su esperable color rubí, brillante, con menisco teja, media capa, La nariz, de media potencia nos dice a las claras que algo ha empezado a cambiar en este vino. A la impresión inicial de regaliz y tabaco se acompaña de un montón de confluencias lo especiado, orgánico, herbaceo, balsámico frutal y terciario: tofes lácteos, hongos, corteza de cítricos, anisados, cacao, especias y carbonilla. En boca destaca, como no podía ser menos su acidez marca de la casa, una engañosa ligereza de cuerpo (hay que ver como de desenvuelve en la mesa con unas codornices embutidas em pimientos e piquillo), dulzores de cereza, chocolate y regaliz, con recuerdo especiado y ahumado que persisten armónicamente bastante tiempo. No me atrevo a puntuarlo. Sin problemas en los ochos.

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