Dorado, limpio y brillante.
Necesita mucho aire; aunque al principio huele muy bien y muestra matices, es al cabo de las dos o tres horas cuando saca todo lo que lleva dentro. Pomelo, anisados, leves notas herbáceas, goma quemada, grafito, frutos secos, apuntes lácteos y mucha mineralidad. Chassagne en estado puro.
Boca armada, aunque algo más sutil que en 2011. Acidez, alcohol y algo de madera. Perfectamente elaborado, aunque lo notamos joven, aquí hay muchísimo material por desarrollar. Cítricos, fruta blanca, tonos punzantes y piedras.
Final muy largo.
Puligny, Chassagne y Meursault son por este orden mis zonas favoritas de blancos en Borgoña y Niellon es uno de mis productores fetiche. Mi mujer, que tiene mucho mejor paladar que yo, lo ha probado a ciegas y me ha dicho que le parecía un vinazo, no olvidemos además que es la puerta de acceso de la bodega. Requiere guarda.
Las tres añadas me parecen muy armónicas, si abres botellas, seguro que las vas a disfrutar. La 2010 me pareció que tenía una acidez brutal, aunque hace mucho que no pruebo nada. La 2011 hace unos meses estaba perfecta, con todo integrado y bastante músculo. Con la 2012 yo me esperaría...
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