No es un perfume sino una colonia inglesa

Color amarillo pajizo con destellos ambarinos. Nariz que señala un estilo clásico, señorial, vinoso e introvertido, con notas punzantes y de Albariza. Hay aromas de maderas viejas de roble envinado, frutos secos ( almendras verdes ) y un toquecito como reducido que recuerda a los cueros viejos, Caño de Marisma y sobre todo a los fósiles marinos junto al salitre. Al final hay como un matiz de yodo, alcohol quemándose y de plata vieja. En boca es directa, vinosa, ligera dentro del concepto Manzanilla, tenuemente amargosa en el ataque, lineal en el paso recordando a la piel del membrillo entreverado, a las almendras amargas y con un posgusto de tilde vegetal, seco y salino, al igual que la retronasal. Como digo tiene un estilo más vinoso, ese de ciertas viejas manzanillas de Sanlúcar que recuerdan a los antiguos amontillados – finos de El Puerto, en una especie de familiar convergencia sensorial - territorial. Como siempre, un placer para los sentidos y en este caso para la meditación controlada, no para la entonación, no es un perfume sino una colonia inglesa. Formato magnum y decantada 30 minutos antes, por supuesto manteniendo la temperatura. La anterior cata de hace más de un año era en formato de media botella.

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