En este caso el político no daña ni corrompe, es ligero, de poca monta pero cercano al pueblo. Es campechano, directo y se expresa bien. Se bebe fácil y se entiende así. Como el que empieza en esto, ofrece verdores pero no menciona los brotes. Tira de casta, pero de la auténtica, violetas y fruta roja. Con la acidez que algunos quisieran en sus mítines. Puede que le falte chicha para convencer, pero es fresco y virgen ¡Votémosle!
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