Vino desconocido, sin referencias de él y con casi 60 años a sus espaldas... pero esto es lo maravilloso que tiene este mundo, que la sorpresa puede surgir donde menos lo esperas.
Color dorado suave con reflejos limón, con muy poca evolución de gran limpieza y brillo.
Nariz fragante, muy frutal, con toques almibarados y apuntes cítricos, muy fresca, con predominio de las notas herbáceas.
En boca es pura lozanía, tiene aplomo y se bebe de maravilla porque presenta un gran equilibrio entre peso, acidez y sabrosidad, tiene de todo un poco sin que nada destaque por encima de lo demás. Final de notable persistencia.
Toda una sorpresa, un vino que realmente se disfruta plenamente sin necesidad de mayor complejidad sensorial.