Pues mi última botella de este vino y no ha cambiado un ápice desde mi anterior valoración.

Sigue sutil y complejo, con buen balance acidez-dulzor, nada empalagoso.

Muy rico, gusta a todo el mundo y se bebe casi sin querer.

Botella comprada en Febrero de 2003.

Bonito color ambarino con destellos anaranjados muy pronunciados, que denotan su evolución desde los típicos amarillos y dorados de los moscateles jóvenes. Muy limpio y brillante.

Nariz con notas ligeramente enranciadas de inicio, entre un amontillado jerezano y un fondillón alicantino, que van dando paso a toques amielados, albaricoque, tiza, orejones, de buena intensidad y complejidad.

En boca tiene peso, es muy sabroso, y aunque aparecen esos tonos auvados tan reconocibles, están bien conjuntados con toques afrutados (piña en almíbar) y cítricos y ese fino enranciamiento que le da complejidad y lo hace francamente apetecible y nada empalagoso.

No sabía lo que iba a encontrar en este vendimia tardía tras más de 10 años, pero la botella ha mejorado notablemente lo que este vino ofrecía en su juventud.

Muy bueno

Deliciosos aromas frutales de albaricoque, fresco y seco... paso muy grato. Muy rico.

Color amarillo pálido. Aromas de fruta con hueso, recuerdos florales, agua de flor de naranjo... Paso en boca suave y equilibrado, sabroso. Equilibrio notable. Muy rico.

Amarillo pajizo algo acerado, brillante. En nariz notas de Macabeo: flores blancas, tiza, además un deje de miel y lichis... En boca es glicérico y de buen cuerpo. De dulzor y acidez moderadas, equilibrado y fácil, no demasiado expresivo ni amplio, aunque agradable y equilibrado. El final es aceptable con de nuevo, notas auvadas y de lichis... Un vino dulce diferente por sus notas varietales. 9 euros. Botella a la vez sencilla, original y bonita.

Excelente y acertada descripcion de Juan Ferrer. Vino dulce que borda una cualquier sobremesa.

Vino ce color amarillo pajizo con ribetes dorados, limpido y brillante. Lagrima ancha que se desliza lentamente.
En nariz es un vino amable, muy frutal, destacando las pasas de corinto, las ciruelas mirabelle, huesos de albaricoque, lichis, rambutan, papaya, naranja confitada y piña en almibar.
En boca se muestra redondo, amable glicerico y quizá algo falto de acidez.
El conjunto es armonioso y elegante, de potencia media y un cierto regusto a piel de nispero.