Hoy tenemos un Murrieta al cual le teníamos muchas ganas. Se trata de un Etiqueta Blanca de la muy buena añada de 1978. La botella presentaba un nivel ligeramente bajo, pero no en demasía. Lo intentamos descorchar con el abridor de lamas, pero se nos partió el tapón (últimamente estoy algo torpón, je,je) y hubo que decantarlo, lo que a la larga fue un acierto. Lo dejamos 75 minutos de aireación previa a la cata y lo servimos a 18°C.
VISUAL: Se nos presenta con un color cereza de capa alta y de ribete burdeos algo atejado. De lágrima fina, transparente y abundante. Mantiene un envidiable color para su edad.
OLFATIVA: Nos muestra una nariz de intensidad alta, impactante. A copa parada aparece la fruta roja, muy madura, higos y compota de moras. Al agitar las notas húmedas nos transportan a un bosque en otoño con sus aromas de musgo, setas silvestres, trufa negra y hojarasca mojada. Se unen poco a poco una maravillosa retahíla de matices, notas especiadas de vainilla, canela, clavo, pimienta rosa y unos claros y abrumadores herbáceos de estragón. Qué maravilla!!. Ahora son los terciarios los que aparecen en este festival aromático, el roble quiere decir lo suyo, aportando cueros, piel animal, regaliz de palo, cacao y recuerdos de puro habano con un ligero atisbo licoroso. El hilo conductor que lo ensambla todo es avainillado y pimentoso, embelesador, armonizando todo el conjunto. Estaría oliendo horas y horas este prodigio del buen hacer. Un espectáculo de nariz, algo soberbio, de una complejidad asombrosa y que sigue igual tras tres horas abierto, inmutable. De las mejores narices que recuerdo.
GUSTATIVA: El paso por boca en un primer momento es suave, aterciopelado, pero de inmediato explota, mostrando una acidez realmente increíble, parece mentira su edad. Los taninos están muy pulidos, suavizados de un modo mágico, muy sedoso, pero con una estructura robusta sustentada en su colosal acidez, como un mozalbete...pero de 36 años... En retronasal la fruta roja persiste, fantástica, aderezada con notas cítricas de pomelo y terciarios de cuero y puro habano. Al final no cesa ese característico y tan agradable toque avainillado. Es un vino no redondo, esférico diría yo. La persistencia alta, de más de dos minutos. Magnífica boca sin duda e inigualable en nariz con una larga vida por delante.
La RCP la veo excelente, pues 32 euros que costó, visto, olido y saboreado lo visto, olido y saboreado es un regalo.
Le preparamos una pareja de baile acorde a la talla del "mozalbete". Un guiso de cordero que estuvo macerando con tomillo, romero, coco y jengibre 24 horas y resultó un acierto pleno. Experiencia casi mística..."Peaso" Murrieta...Un vino de sobresaliente indiscutible que recordaré con una sonrisa muchos años. Dios salve estos vinos!!