Naturalmente y ligeramente dulce

Un vino naturalmente dulce pero muy versátil por su ligera cantidad de azucar residual, capaz de servir como acompañamiento con el aperitivo, la comida o el postre.

Es un vino brillante, de capa alta, con unos tonos picota oscuros y un ribete amoratado muy corto. En nariz es intenso, tiene un toque de imedio debido a la volátil pero que no molesta en absoluto, también aparecen rutos rojos (grosella, frambuesa, cereza), higos, cáscara de naranja, bombón de licor (mon cheri)y notas de su crianza como vainilla o ahumados. Tiene una entrada en boca espectacular con un tanino y una acidez que se integran estupendamente con el ligero dulzor llenándolo todo. Vuelven los higos y los dátiles en boca, muy buena persistencia.

En definitiva, un vino muy recomendable en el que la única pega que le veo es el precio, por 40 euros la media botella la verdad es que tiene competidores realmente buenos.