Espectacular tinto dulce

La botellita de 3/8 de litro está muy chula, me gustan tanto las etiquetas como el diseño global. El corcho está bien para este tipo de vinos, no es muy largo pero tampoco demasiado corto.

Servido a 8-9ºC con jarra térmica para mantener la botella más bien fría, pero oxigenado al menos 10 minutos. Dejamos que llegue hasta los 11-12ºC pero en copa.

Visual: rojo cereza oscuro casi picota, capa alta, ribete rubí-transparente con destellos granates, muy bonito, limpio, brillante y con buena lágrima que aumenta en densidad y cantidad conforme gana algo de temperatura en copa.

Nariz: de buena intensidad, se perciben notas a fruta madura incluso a unos 20-30 cm de distancia de la copa. Fruta roja muy muy madura casi en sazón, pan de higo, notas amieladas, uvas pasas, higos secos, dátiles maduros, mineralidad a tope, notas de anís, tierra húmeda, balsámicos y mentolados, algunos lácteos, torrefactos y tostados suaves, vainilla, ... si se le deja más salen aromas como a tiza, grafito, pizarra... muy complejo en nariz y de bastante intensidad como ya apreciaba durante la visual en el aroma residual que percibía a varios palmos de distancia.

Boca: entrada suave, rica, sedosa, con tanino presente pero redondo y dulce. El tanino deja rastro en encías, pero es un rastro agradable y que, con algo más de botella, terminará por suavizarse más si cabe. Muy frutal, goloso, uvas pasas, miel, dátiles maduros y pan de higo en el paso por boca. Lo esperaba más dulce y pesado (esperaba un vino dulce más que un tinto con algo de dulzor). La percepción del nivel de azúcar está muy controlada. La acidez que tiene es muy alta y esto le aporta un frescor y una ligereza que otros vinos dulces (o semidulces), no poseen. La madera existe pero le pasa como a su dulzor: no empalaga ni lo abarca todo. La fruta en sazón, las uvas pasas, los higos, los dátiles,... ganan la partida y están en primer plano como el solista virtuoso respecto a la orquesta que le acompaña. Es un vino bastante largo y que tiene de todo pero en su justa medida.

Muy equilibrados todos sus parámetros: acidez, azúcar, alcohol (no excesivo con esos 14º para este tipo de vinos) y ese tanino potente y ligeramente astringente pero, a la vez, aterciopelado, dulce y nada molesto (al revés, invita a otra copa).

Las palabras que lo definirían sería: untuosidad, cremosidad, equilibrio, fruta madura, frescura y tanino dulce.

Excelente tinto dulce, buenísimo (es la primera impresión) y, pasado el tiempo en copa te das cuenta que es más que eso: espectacular. No esperaba ni mucho menos tanta calidad y equilibrio. Me ha sorprendido muy gratamente y creo que aunque la botella de 3/8 valga 40 euros, creo que los vale y la RCP creo que es, como mínimo, la correcta para el esfuerzo que supone a sus elaboradores esos 375 ml y, sobre todo, por lo que ofrece y la capacidad de guarda que tiene.

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