Picota de capa alta y ribete amoratado, con abundante lágrima que tiñe la copa.
En nariz muestra mediana intensidad, con aromas a fruta roja y negra en licor, pieles de naranja, azúcar, higos pasos, aceituna y piedras secas, apareciendo también algunas notas metálicas y puntitas de alcohol.
En boca tiene cuerpo medio, cierta sensación de densidad, buena carga de dulcedumbre, pero con el contrapeso de una excelente acidez que hace que llegue a resultar incluso fresco, sensaciones de mermelada de fruta roja y notas mentoladas y taninos algo secantes. Largo postgusto.
Un agradable vino de postre que no resulta nada empalagoso. Con queso azules está tremendo.
¿Un hombre de campo como tú no sabe a que huelen las piedras secas? La próxima vez que pises una cascajera de cantos rodados y pegue bien en sol coge una piedra y llévatela a la nariz. Vas a ver como notas algo, sobre todo si están calientes. De todas formas procura que no te vea que la gente es mu mal pensá.
Por cierto, éste es de los que le gustan a Óscar con locura, y mal encaminado no está, la verdad.
¿Que si se parece al Olivares este vino? Es que es ese vino precisamente (me parece que no te acabo de entender). En este vino dulce la tanicidad se nota, pero hasta el punto de dejar la boca estropajosa hay un abismo. Se bebe bien, es hasta fresquito y no empalaga.
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