Excelente Chardonnay, disfrutado en compañía del enólogo-co propietario de la bodega, Alejandro Vigil.
Vino muy interesante que se aleja de los estereotipos y excesos del Chardonnay Americano, para realmente expresar el terroir de donde proviene: Una locación muy especial, lugar de mucha altura, y sobre todo suelo muy distinto al resto de Mendoza.
Vino elegante, de dorado claro.
Aroma donde predomina la manzana verde, y algo de cítricos.
En boca, sorprende, ya que se expresa muy distino que en nariz: Vino elegante, muy balanceado. Acidez increible, refrescante. Muy mineral, seco, textura sedosa.
Vino muy "preciso", me recordó a un Chablis Grand Cru, con unas características y elegancia poco frecuente en el Chardonnay americano. Además, el poder disfrutarlo junto con Alejandro Vigil, lo hace una experiencia memorable. Ya es excelente, pero este vino irá evolucionando: la expresión frutal en nariz seguramente irá disminuyendo hacia aromas mas complejos. Será interesante probarlo dentro de algunops años.
Excelente!