Hoy de forma no premeditada he catado la última botella que me quedaba de una caja que adquirí (algunas botellas las he regalado).
De entrada, el color ha cambiado de forma manifiesta, con un tono mucho más dorado.
En la nariz está bastante similar, sin resultar muy expresivo.
Pero en boca, ha cambiado de forma notoria a mucho mejor, conservando la acidez, esta con la sensación glicérica más acentuada y con los detalles de tipo vegetal más compensados y sobre todo, con una fase final de las mejores que he podido apreciar en un verdejo sin madera.
Ahora no me extraña la calificación que hace poco en mundovino vi, con las puntuaciones de las tres últimas añadas, Y con esta experiencia y las dichas puntuaciones tengo que comprar nuevas botellas.
Mi felicitación desde aquí para Esmeralda y Jesús.
De un verdejo más, en mi criterio nada, ya me atreví yo a poner, que prometía.
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