Un símbolo de la identidad riojana ...

     De color rubí ladrillo, presenta una nariz sensual pero elegante donde se entrelazan notas de fruta roja lánguidas, de flores ajadas, con múltiples aromas terciarios que sería fastidioso analizar en detalle : nos remiten vagamente al sotobosque otoñal y al almacén de cueros. En boca, es un clásico entre los clásicos : hace gala de un estilo sobrio, depurado al extremo, que nos da una impresión de discreta armonía, de pureza y de relativa fragilidad. No le sobra ni le falta nada : textura satinada, firme estructura subyacente, acidez bien dosificada y final muy duradero, con marcados recuerdos frutales - guindas cocidas, moras de zarzal agrias - y matices especiados - pimienta cubeba, nuez moscada. El portaestandarte de la bodega mantiene bien alto el pabellón del vino riojano.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Limonero

    Los Imperial y Viña Real de mediados y finales de los 50 son vinos muy sobrios y sólidos. Ese "Imperial Pint" del 56 tiene muy buena "pinta"... Un placer leerte!!! Saludos y Salud!!!

  2. #2

    EuSaenz

    Estaba de por medio el maestro Vidal?

    Saludos,
    Eugenio.

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