Desde que leí que habías tomado este vino tengo unas ganas de volver a probarlo increíbles.
Me resulta curioso que los vinos de gama más alta vayan en la añada 2011 y éste esté en la 2009.
Botella tomada en restaurante.
De color rojo picota de capa media, ribete violáceo y lagrima densa que tiñe la copa.
En nariz se aprecian aromas de frutillos silvestres, notas florales y vegetales, finísimos tostados y ahumados y ciertas trazas minerales.
En boca es pura frescura, muy fino y elegante, con una gran acidez y un tanino muy integrado, postgusto de medio recorrido con recuerdos frutales, vegetales y minerales.
Como siempre, las mencias de Fernando son sinónimo de disfrute asegurado.
Desde que leí que habías tomado este vino tengo unas ganas de volver a probarlo increíbles.
Me resulta curioso que los vinos de gama más alta vayan en la añada 2011 y éste esté en la 2009.
Ya, es realmente curioso o igual es que no piensa volver a sacarlo, vaya usted a saber.
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