Anaranjado. Limpio y brillante.
El carácter aromático a veces tiende hacia el blanco y otras hacia el tinto. Pomelo, piel de melocotón, sandía, fresa, especias de monte bajo, caucho, tierra seca y un peculiar deje metálico.
La boca en un primer momento muestra alguna arista alcohólica que se asienta con la aireación. Paso rústico, amargo y dotado de una acidez notable. Leves cítricos, tomillo, Clamoxyl, goma quemada y piedras. Las sensaciones finales arrojan unas sutiles notas oxidativas.
Postgusto que deja recuerdos anisados y minerales.
Un rosado curioso. Marcadamente Mediterráneo, mejora como dice Brice con algo de comida de por medio.

Chateau de Miraval, un vino que tenia ganas de probar para hacerme mi propio idea.

De lo que se los Pitt-Jolie tienen una verdadera pasion por el vino, por la Provenza aun mas. 6.000 botellas (cosecha 2012).

Es la familia Perrin del Chateau de Beaucastel en Chateauneuf-du-pape que vinifica el vino.

La botella llama la atencion por su « design » como por ejemplo los Provenza del Domaine Ott.

Una nariz armoniosa, frutal, elegante y sin gran defecto.

Aromatico (con aromas a fresa) pero no con opulencia.

Probandolo sin comida parece un rosado tipico de la Provenza de media-gama. Refrescante y frutal pero nada de excepcional.

Pero es con la comida que se vuelve interesante y de calidad : Textura cremosa, equilibrado con una estructura solida. Complejidad media y buen final.

Se nota la participacion de una familia como los Perrin que aporta una armonia, estructura y equilibrio de calidad al vino.

Si, hay rosados de Provenza mejores que el Chateau de Miraval, pero tengo que admitir que es un vino de calidad, bien hecho y mas que interesante (al contrario de la mayoria de los rosados de media-gama).

18 euros la botella.