Calvario

Es de un aroma denso procedente de una fruta concentrada, negra y bien sazonada, carnosa y en rica mermelada. Fondo umbrío a bosque y hojas. Lo muevo y surge un fresco aire balsámico y un fino toque tostado por lo bien integrado. Es negro como café y carbón, regaliz y chocolate, cáscara de naranja seca, vitamina C.

La entrada en boca es amable, moldeable, grasa, con el tanino tan brioso como rico y sabroso, en comunión con la acidez. Se bebe y se despierta, hay estructura y calidez, si bien echo en falta más peso de la fruta, me agrada sin completar del todo el puzle. Al final deja el recuerdo de lo percibido en nariz más especias y una fruta roja en forma de cereza, gana en expresión y en complejidad.
Al descubrir el vino me sorprende que en la añada 2010 no esté la fruta, la que tanto echaba en falta, no lo entiendo. He de ser coherente con lo percibido y he de decir que me deja a medias.

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