Tímido al inicio pero muy bueno después: hay que darle tiempo y tomarlo no muy frío

Botella borgoñona con cápsula amarilla. Corcho de aglomerado suficiente para este tipo de vino y ya algo bañado en el mismo. La botella llevaba como 1 año y pico en la nevera a unos 6-7ºC.

Visual: amarillo dorado ni pajizo ni viejo, un dorado intermedio todavía con algún ligero reflejo que recuerda al verdoso lejanamente. Si se le deja ganar temperatura en copa apreciamos algo de lágrima. Limpio y brillante. Se le ve con algo de evolución pero no excesiva.

Nariz: muy tímida al inicio por estar muy frío, a 6-8ºC no se aprecia casi nada salvo algún cítrico y flor blanca. Si le dejamos estar a 9-12 ºC entonces se crece y tiene una intensidad media donde ya vemos "cosas"; aparece un vino con cítricos (piña en almíbar) y pomelo pero, sobre todo, fruta blanca de hueso y ligeramente confitada, flores blancas, melón de año algo maduro, jengibre, especiados dulces, vainilla y monte bajo. Buena complejidad.

Boca: entrada fresca y rica a baja temperatura, con ligero amargor al final pero no mucho más. A 9-12ºC apreciamos un vino también fresco pero con volumen y estructura media-alta, cremoso, untuoso, con buen cuerpo y paso por boca goloso y agradable. Final sabroso y relativamente largo, con toques de cremosidad y sutil amargor/acidez cítrica que invita a otra copa.

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