Desilusionado...

...Más que decepcionado con este gran vino "top" de la bodega Viñas del Vero.
Dentro de mi especial cariño y conocimiento a esta D.O. aragonesa, por muchos motivos éste era uno de los vinos (si acaso no,"el vino"), pendiente en mi deber para catarlo.
Exclusivo, selectivo (con pedigrí) y por supuesto...caro. Bastante caro; me ha parecido.
No cabe duda, que la añada del 98 fué una de las mejores añadas de la década de los 90 en el Somontano, amén de en muchas D.O.'s. Y qué mejor forma que conocer un vino de relumbrón, que una gran añada y tomarle, además, la medida con buenos años a cuestas.
Debo de agradecer, por extensión, el que nuestro amigo Diego, aportara esta botella en nuestra última quedada en Terrassa (BCN) y poder disfrutarlo junto a otros grandes tintos compañeros de velada.

Decantado, por lo menos, una buena hora y media antes de degustarlo en la mesa. Corcho en perfecto estado.
En lo visual, no parece que pase el tiempo por él. Ciertamente mantiene un color picota oscuro de buen brillo y un fino ribete morado en la copa.
Todo buen conocedor del método de elaboración y selección de la variedades que se incluyen en este vino, ya sabe que se sustenta en cuatro uvas tintas.
Pues bien, en mi caso, y con la vida llevada por este vino (por esta botella), la Cabernet deja constancia de la capacidad de guarda y evolución, "comiéndose" literalmente a las otras tres variedades.
Si bien se aprecia algo de tierra húmeda, alguna nota de cueros y animal, es el famoso pimiento de la Cabernet el que inunda toda nuestra fase olfativa. Y aquí se acabó. Asado (requemado diría yo). Tanto, que no logro encontrar algo más que resulte apreciablemente interesante en nariz.
Decido buscar emociones en la boca. Un Blecua (dado el vino que presumiblemente pretende ser) me debería mostrar alguna cosa por lo menos, brillante. No ha sido así.
Cuerpo medio; más fresco y sedoso que carnoso y contundente. No es excesivamente largo en longitud y desemboca en un final de postgusto más frutal y vegetal que otras cosas. Persistencia media. Acidez media.
Debo decir que tras esa decantación, el vino no se mostró perezoso, pero tampoco evolucionó desde la primera copa hasta el final de la velada.
Me queda un poco la sensación de haber catado un buen vino, pero no espléndido, y más monovarietal que varietal, pues no nos enseñó mucho más que lo que la Cabernet nos dejó entreveer.
Es mi primera añada degustada, cierto. Con buena vida recorrida; también. Pero creo que eso no es excusa, y a cuenta de no comparar en demasía (pues por precio y pretensiones resulta totalmente imposible), unas buenas añadas de su hermano pequeño el Gran Vos (por ejemplo, 2001 o 2004), aportaron en su momento muchas más cosas y más buenas sensaciones que este Blecua.
Me queda la incógnita (y la posibilidad, supongo en un tiempo), de catar de nuevo este vino; tal vez decidirme en una añada más joven de la década de los 2000, y ver, observar y apreciar de nuevo, si este tinto me lleva al mismo camino o bien consigue impresionarme algo más de lo que su nombre, su estatus en el Somontano y su bodega, supuestamente me deban mostrar.
Por ahora, no lo ha hecho.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar