La recompensa de la espera

Es muy difícil describir ciertos vinos y con este te torna casi imposible. La botella estaba perfecta, abierta, expresiva y nos dio un auténtico recital de aromas que fluctuaban sin cesar, para dar un vino distinto cada vez que metíamos la nariz en la copa. En la boca imperaba el equilibrio y la largura. Impresionante.

Lo probe hace seis años y nunca pensé que llegaría a esto. Otro vino que me da detrás de las orejas y me pregunta porque no lo valoré.

¡Que fácil es predecir y prejuzgar! y.... ¡Que malos adivinos somos! y... ¡Que grande es el vino!

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