Con valor.

Han transcurrido 28 meses desde la última vez que probé este vino y mi conclusión es que está en plena forma. ¿Por qué?. Ahora os lo cuento.
Corcho en perfecto estado, ligeramente tenido por su contacto con el vino.
A la vista mantiene un bonito color rubí y rojo picota, limpio y brillante. Capa media-alta. Buena y densa lágrima que se desliza con pereza por el caliz de la copa a la que colorea. Menisco granatoso y con leves notas teja.
En nariz buenas y perceptibles frutas del bosque negras y rojas en sazón. Madera en segundo plano. Muy leves terciarios, incipientes cacaos y canela.
En boca está elegante, con vigor, con frutas, madera integrada y en segundo término, mineral, con una elegante y presente acidez que invita beber y que le dará más años de vida. Taninos casi domados. Muy leve monte bajo que no desagrada. Pimienta negra, tiza y balsámico.
Muy grato y elegante paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una satisfactoria permanencia de 3,30 minutos.

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