O de ¡Oooooh...!

En la etiqueta se juega con la inicial, tanto de la bodega como del origen de este vino. Me gusta esos cercos de la copa que no le restan presencia en absoluto.
Destacar también el corcho, parafinado y elástico, con una apropiada longitud.

Responde a una fórmula muy Navarra con esas tres variedades.

El color es de un cereza intenso de capa tirando a alta y orilla anaranjada. Con una lágrima que se hace rogar para luego caer anárquica, cortándose en su camino.

Primer golpe de alcohol en nariz que afortunadamente se va rápido, las notas terrosas, de cacao, destacan de inicio, sale mineralidad, fruta negra, moras... intensidad media en todo momento muy meritoria, pues son muchos los registros. La hoja natural de tabaco aparece con la aireación, y la fruta se torna roja, acaba con un fondo licoroso entremezclado con especias dulces tipo clavo muy atractivo.

En boca su volumen es medio, con un tacto un punto arenoso, de taninos rugosos, vivo, con especias dulces y amaderadas muy protagonistas en retronasal, enebro por ejemplo, buena longitud.

Deja muy buenas sensaciones, tiene nervio en boca y elegante aroma. Conjunto destacable y en parte diferente. Han tenido paciencia para sacarlo y eso tiene su premio.

Aguantará en botella lo suyo, pero este empieza a ser un buen momento ya.

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