Un Chirel que nos enamora.

Un placer siempre poder catar este Chirel del 95. Me encanta recordar que fue mi primera cata en Verema allá por Noviembre de 2013. 362 catas y casi 3 años después de la última valoración volvemos a él. Lo abrimos y lo dejamos respirar por espacio de hora y media. El tapón nos dio algún problemilla pero nada importante. Catamos a 17°C:

VISUAL: Precioso color rojo picota de capa media-alta con un amplio ribete rubí, muy brillante y cristalino. Su lágrima es fina, transparente, lenta y escasa (92).

OLFATIVA: En nariz y a copa parada encontramos fruta madura, mermelada de fresas, así como matices florales de rosas marchitas. Al agitar nos deleita con aromas de pimientos, especiados de vainilla y canela y notas viejunas: bosque umbrío, musgo, hojarasca húmeda, naftalina y desván. Realmente una delicia para el olfato. Al rato nos deleita con toda una deliciosa pátina terciaria: cuero curtido, café tostado, caja de puros, cacao y por supuesto recuerdos amaderados, roble y ahumados. Comentar que al final percibo una cierta mineralidad que no aprecié en las anteriores botellas. De intensidad media-alta presenta una nariz impresionante, compleja y equilibrada... exquisito bouquet (94).

GUSTATIVA: En boca, una vez más, algo increíble. De sedosidad espectacular, lácteo, cremoso, perfecta definición de la redondez en un vino, sublime. Amplio, algo carnoso con unos taninos espectaculares, muy dulces en el paso por boca pero "in crescendo" tras unos pocos minutos. Estructura pétrea, de alta acidez con mucho cuerpo en donde la barrica y la fruta se han ensamblado maravillosamente. Retronasal con matices fúngicos de trufa, especiados de vainilla, notas frutales de compota de moras y de nuevo una cierta mineralidad. Realmente un prodigio de boca, redondez al cubo y persistencia alta, de unos tres minutos. De nuevo un Chirel que nos enamora, un vino de magnífica confección y que estoy seguro aún tiene cuerda para rato. Está teniendo una evolución espectacular. Qué pedazo de vino!! (96).
Comentar que al día siguiente con el tapón de vacío seguía espectacular, quizás mejor si cabe, con la acidez más armonizada.

La RCP la corregiré y le pondré excelente. Conseguí algunas botellas más por 27 euros cada una, lo cual me parece una ganga.

Lo maridamos con un delicioso solomillo en salsa de papaya. Exquisita carne y maravilloso vino. Jugosa carne en perfecta armonía con la sedosidad y los aromas de nuestro vino. Una cena de esas que se recuerdan. Salud-os!!