Y yo venga a buscar el gasoil!

Pues no, en este riesling alsaciano, no lo encontré.

Huele a Trinaranjus de naranja, huele a bizcocho borracho y... ¿a qué más huele?

A, a, a.... ¡a Cointreau!. ¡Hasta que lo he sacao!. He estado toda la cena "olisqueando" cual can y dándole vueltas y retrotrayéndome en mi memoria y mis recuerdos... ¿qué demonios es este olor tan familiar? Cuando lo he identificado he experimentado una gran sensación de alivio.

En boca es graso, dulce, no muy ácido, algún amargor. al final... Más amargor y más acidez no le hubieran venido mal para contrarrestar ese dulzor. Toda una cena no aguanta ni de lejos, se me ha hecho cansino.

Para los entrantes, soberbio, pero hasta ahí.