Casi tres meses después.

Las sensaciones siguen siendo muy semejantes a las comentadas más abajo. Ahora que viene el verano y por estas tierras del suroeste, el sol suele cebarse con nosotros, es cuando mejor se disfruta de una excelente manzanilla.

En esta ocasión, parte de la botella fué armonizada con unos salmonetes fritos que hicieron las delicias de toda la familia. El resto de la botella la acompañamos con el "sempiterno" jamón de bellota D.O. Dehesa de Extremadura.

Puntuó una décima más por la primera unión, ya que como he indicado con la segunda es todo un auténtico clásico.

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